Errores Comunes que Fomentan Plagas en Huertas y Frutales: Lo Que Todo Productor Debe Evitar

El riego excesivo, el monocultivo y el abuso de agroquímicos aumentan las plagas en cultivos hortícolas y frutales. Conocé cómo prevenirlos con prácticas más sostenibles.

En la agricultura, muchas veces los problemas más graves surgen no por causas externas, sino por prácticas mal aplicadas dentro del propio cultivo. Este es el caso de las plagas en huertas y frutales, cuya proliferación suele estar directamente relacionada con errores humanos repetidos. Lejos de ser fallas sin importancia, ciertas acciones como el riego excesivo, el monocultivo constante o el uso desmedido de productos químicos pueden convertir un terreno productivo en un espacio vulnerable al ataque de insectos, hongos y bacterias.

En Paraguay, donde la horticultura y la fruticultura familiar representan una fuente de ingresos para miles de familias, es fundamental comprender que prevenir plagas es tanto una cuestión de conocimiento técnico como de buenas prácticas. Este artículo analiza los errores más frecuentes que favorecen las plagas en cultivos hortícolas y frutales, y ofrece alternativas más sostenibles y efectivas.


1. Riego Excesivo: Agua que enferma

El agua es esencial para la vida vegetal, pero en exceso se convierte en un enemigo silencioso. El riego desmedido satura el suelo, promueve la proliferación de hongos y pudriciones radiculares, y atrae plagas como mosquitos, babosas y nematodos. Además, debilita las raíces y genera un ambiente propicio para enfermedades como el mildiu o la roya.

Síntomas comunes:

  • Amarillamiento de hojas

  • Olor fétido en la base de la planta

  • Caída prematura de flores o frutos

Consejo técnico:
Implementá riego por goteo o aspersión controlada, adaptado a las necesidades específicas del cultivo y el tipo de suelo. Es preferible regar menos veces pero de forma eficiente, evaluando la humedad con herramientas o simplemente revisando el suelo manualmente.


2. Monocultivo Prolongado: Invitación abierta a las plagas

Cultivar una misma especie vegetal durante ciclos sucesivos en el mismo terreno agota los nutrientes y crea un ambiente perfecto para que las plagas específicas de ese cultivo se asienten, se reproduzcan y se vuelvan más resistentes. Por ejemplo, el tomate, cuando se cultiva constantemente en una misma parcela, facilita la instalación de la mosca blanca, trips o nematodos.

Problemas asociados:

  • Empobrecimiento del suelo

  • Acumulación de patógenos

  • Disminución de la biodiversidad

Alternativa saludable:
Adoptá la rotación de cultivos y la asociación de plantas. Alternar especies de diferentes familias botánicas rompe los ciclos biológicos de las plagas. Además, incorporar cultivos de cobertura mejora la estructura y fertilidad del suelo.


3. Uso excesivo de agroquímicos: una solución que agrava el problema

Uno de los errores más extendidos en la agricultura convencional es el uso abusivo e indiscriminado de insecticidas, fungicidas y herbicidas. Lejos de eliminar el problema de raíz, este enfoque puede provocar:

  • Resistencia de las plagas a los productos químicos

  • Eliminación de insectos benéficos

  • Contaminación del suelo y las napas freáticas

  • Pérdida de polinizadores como las abejas

Además, el consumidor exige cada vez más productos libres de residuos tóxicos, lo que vuelve esta práctica contraproducente también en términos de mercado.

Solución responsable:
Aplicá productos sólo cuando sea estrictamente necesario, siempre con diagnóstico técnico previo. Priorizá métodos de control biológico, repelentes naturales, y preparaciones orgánicas como caldos minerales o extractos vegetales. Usá el control químico como último recurso dentro de un plan de Manejo Integrado de Plagas (MIP).


4. Falta de monitoreo y prevención

Muchos productores cometen el error de actuar solo cuando la plaga ya está instalada. La ausencia de un monitoreo regular impide detectar signos tempranos, lo que complica el tratamiento y aumenta las pérdidas. Además, la falta de buenas prácticas de higiene en el cultivo también facilita la propagación de insectos y enfermedades.

Consejo profesional:
Establecé un calendario de inspecciones visuales. Observá el envés de las hojas, las raíces, tallos y flores. Retirá restos de poda, frutos podridos y malezas, que muchas veces sirven de refugio a las plagas. Instalá trampas cromáticas y usá etiquetas para registrar focos de infestación.


5. Desconocimiento de la biodiversidad funcional

A veces, por desconocimiento, se eliminan insectos benéficos que ayudan naturalmente a controlar las plagas, como mariquitas, crisopas o avispas parasitoides. El ecosistema se desbalancea y el problema empeora.

Buena práctica:
Fomentá la presencia de plantas repelentes como albahaca, menta o caléndula, y plantas florales que atraigan polinizadores y enemigos naturales. Conservá setos, arbustos nativos y zonas de refugio en los bordes de la chacra.


Los errores comunes en la agricultura no solo aumentan las plagas, sino que afectan la salud del suelo, la calidad del producto y el bolsillo del productor. Afortunadamente, evitarlos está al alcance de todos con formación, observación y compromiso. En Paraguay, cada vez más técnicos e instituciones promueven un modelo productivo más inteligente, ecológico y resiliente.

La clave está en comprender que cultivar bien no es solo sembrar, sino gestionar de forma consciente cada decisión en el campo. Al corregir estos errores frecuentes, no solo se reducen las plagas: se siembra salud, se cosecha rentabilidad y se cultiva futuro.



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