De la chacra al silo: control biológico de plagas en granos con insectos benéficos y microorganismos
Guía práctica para integrar parasitoides, depredadores y biopesticidas (Bt, Beauveria, Metarhizium) en campo y poscosecha, con monitoreo, compatibilidad y pasos de implementación.
La producción de granos soja, maíz, trigo, arroz y otros enfrenta un doble desafío: sostener la productividad y cumplir crecientes exigencias de inocuidad y sustentabilidad. En ese equilibrio, el control biológico dejó de ser un complemento para convertirse en un pilar del Manejo Integrado de Plagas (MIP), tanto en el cultivo a campo como en la poscosecha dentro de silos, depósitos y plantas de acopio. Esta nota reúne en un solo lugar conceptos, actores clave y protocolos de aplicación para que productores, asesores y operadores de acopio incorporen, con criterio técnico y resultados medibles, insectos benéficos y microorganismos que mantienen a raya a las principales plagas de granos.
Qué entendemos por control biológico (y por qué funciona)
El control biológico es el uso de enemigos naturales para reducir poblaciones de plagas por debajo de niveles económicamente dañinos. Incluye tres grandes grupos:
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Parasitoides (avispitas como Trichogramma, Lariophagus, Anisopteromalus, Theocolax) que completan su ciclo dentro o sobre la plaga y la eliminan.
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Depredadores (mariquitas, crisópidos, chinches pirata Orius, carábidos y arañas) que consumen huevos, larvas o adultos.
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Agentes microbianos (bacterias como Bacillus thuringiensis; hongos entomopatógenos como Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae; virus específicos y nematodos entomopatógenos) que infectan y matan selectivamente a los insectos plaga.
Su fortaleza radica en la selectividad, la compatibilidad con prácticas culturales y la capacidad de sostenerse en el tiempo si se preserva el hábitat y se evitan productos de amplio espectro que diezman a los benéficos.
En el campo: del brote a la madurez del grano
Las plagas dependen del cultivo y la zona, pero un esquema general útil es:
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Lepidópteros defoliadores y barrenadores (p. ej., orugas de Spodoptera y otras):
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Parasitoides de huevos: Trichogramma spp. y Telenomus spp. son liberados en tarjetas/cápsulas al inicio de la oviposición; interrumpen el ciclo antes de que nazcan las larvas.
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Biopesticidas: Bacillus thuringiensis (Bt) en formulaciones kurstaki o aizawai actúa por ingestión sobre larvas jóvenes; clave aplicar cuando predominan estadios L1–L2 y con buena cobertura del follaje.
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Hongos entomopatógenos: Beauveria y Metarhizium complementan el manejo cuando la humedad relativa es adecuada (rocíos nocturnos, coberturas vegetales).
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Áfidos/pulgones y trips en cereales y soja:
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Depredadores: coccinélidos (mariquitas), crisópidos (larvas “león de los pulgones”) y sírfidos convierten colonias incipientes en alimento.
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Conservación de benéficos: franjas florales, bandas sin tratar y evitar piretroides de amplio espectro en floración sostienen la entomofauna útil.
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Biológicos compatibles: hongos como Beauveria pueden reducir picos de pulgones; en trips, alternar biológicos con reguladores de crecimiento selectivos.
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Plagas del suelo (gusanos blancos, alambre, cortadores):
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Nematodos entomopatógenos (Steinernema, Heterorhabditis) aplicados al suelo en humedad óptima alcanzan larvas en el perfil.
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Metarhizium anisopliae granulado o líquido en banda puede integrarse con la siembra.
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Monitoreo y momentos de intervención
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Umbrales: el control biológico es más eficiente antes del pico poblacional; por eso el monitoreo semanal (o cada 3–4 días en períodos de riesgo) es innegociable.
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Liberaciones: los parasitoides de huevos se liberan al inicio de la oviposición; los hongos se aplican al atardecer o con alta HR; Bt exige larvas chicas y buen mojado.
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Compatibilidad: si debiera usarse un químico, prefiera selectivos y respete la ventana de seguridad antes y después de liberar benéficos (verifique tablas de compatibilidad del proveedor).
En poscosecha: biocontrol dentro del silo y el depósito
Las plagas típicas son gorgojos (Sitophilus spp.), el taladrillo menor de los granos (Rhyzopertha dominica), escarabajos de la harina (Tribolium spp.), carcomas, polillas como Plodia interpunctella y Sitotroga cerealella. Aquí el control biológico opera con dos enfoques:
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Parasitoides específicos de insectos de almacén
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Lariophagus distinguendus y Anisopteromalus calandrae: atacan estadios larvales de gorgojos dentro del grano.
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Theocolax elegans: parasita larvas de taladrillo y gorgojos en granos almacenados.
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Bracon (Habrobracon) hebetor: controla larvas de polillas externas como Plodia en zonas con finos y derrames.
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Cómo se aplican: liberaciones puntuales o preventivas en cámaras limpias, pasarelas, túneles de aireación y zonas de mayor temperatura (donde las plagas se mueven). Requieren higiene estricta, puntos de refugio (cartoncillos/casas) y temperaturas moderadas (ideal 20–30 °C, según especie).
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Hongos entomopatógenos y biopeliculados
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Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae en polvos o granulados aplicados a estructuras, costuras, cintas transportadoras y bases de silos ayudan a “sanear” ambientes antes de recibir grano.
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En algunos programas, el biopeliculado del grano con formulaciones sólidas ultrabajas (ULV) crea una barrera que reduce la emergencia de adultos sin afectar la calidad cuando se siguen las etiquetas y buenas prácticas.
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Sinergias clave en poscosecha
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Higiene y exclusión: barrido de finos, cierre de grietas, mosquiteros en aberturas y limpieza de cintas y norias reducen refugios.
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Aireación y temperatura: bajar el granel por debajo de 18 °C frena el desarrollo de la mayoría de plagas; esto potencia la eficacia de parasitoides y hongos.
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Trampas y feromonas: capturan adultos y sirven para monitoreo; permiten ajustar liberaciones de parasitoides o reaplicaciones de hongos.
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Hermeticidad: bolsas/silos herméticos reducen oxígeno; combinados con biocontrol, evitan recurrir a fumigaciones frecuentes.
Cómo empezar: plan paso a paso
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Diagnóstico: identifique plagas objetivo por etapa (campo/poscosecha), historial del lote y tolerancia del mercado (residuos, LMR).
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Elegir agentes: seleccione especies compatibles con el objetivo (p. ej., Trichogramma para huevos de lepidópteros; Lariophagus para gorgojos; Bt para larvas).
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Calendario: fije fechas tentativas de liberación/aplicación según fenología y pronóstico (humedad/temperatura).
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Logística y calidad: verifique viabilidad, número de individuos, pureza y fecha de producción; transporte en frío cuando corresponda.
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Aplicación: respete densidades de liberación, alturas y horarios; en hongos, priorice superficies limpias y HR alta.
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Compatibilidad: coordine con el plan fitosanitario; si se usa un químico, elija selectivos y respete intervalos.
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Monitoreo posintervención: valide con trampas, paños y muestreos; registre mortalidad aparente, parasitismo, capturas y temperatura.
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Ajustes: repita, escale o combine herramientas según resultados.
Economía, sustentabilidad y certificaciones
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El control biológico reduce el riesgo de resistencias, baja residuos y facilita certificaciones de buenas prácticas y accesos a mercados exigentes.
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La rentabilidad mejora al evitar aplicaciones calendarizadas ineficientes y al disminuir pérdidas invisibles en poscosecha (mermas y descuentos por infestación).
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Para capturar todo el valor, integre trazabilidad (registros de lotes, liberaciones, capturas, temperaturas) y comunique el programa a clientes e industria.
Preguntas frecuentes
¿Puedo mezclar hongos con otros productos?
Depende de formulación y pH; muchos hongos son sensibles a alcalinidad y temperaturas altas. Consulte compatibilidades y evite fungicidas en simultáneo.
¿Qué pasa si ya apliqué un insecticida?
Espere la ventana de seguridad antes de liberar benéficos; algunos IGR y selectivos son más amigables que piretroides/organofosforados.
¿Sirven en granos húmedos?
Los hongos toleran mejor humedad alta, pero la prioridad es secado y aireación para calidad. Use biocontrol en estructuras y momentos adecuados.
El control biológico no es una moda: es tecnología aplicada que, bien planificada, protege el rendimiento en campo y el valor del grano almacenado. Parasitoides, depredadores y microorganismos trabajan 24/7 si los integramos con higiene, monitoreo y decisiones oportunas. El resultado es una cadena de granos más competitiva, segura y alineada con la demanda global de prácticas sustentables.