Soja bajo asedio: cómo reconocer y controlar las plagas clave en Paraguay (oruga bolillera, chinche verde y trips)

Guía práctica para productores: identificación, daños y manejo integrado de oruga bolillera, chinche verde y trips en soja paraguaya, con monitoreo, umbrales y estrategias por etapa del cultivo.

La soja es el corazón agrícola del Paraguay y, como todo cultivo de alto valor, vive bajo la presión constante de insectos capaces de comprometer el rendimiento y la calidad del grano. Entre las plagas más recurrentes y de mayor impacto se encuentran la oruga bolillera (Chrysodeixis includens), la chinche verde (Nezara viridula) y los trips (Frankliniella spp., Caliothrips spp.). Esta nota reúne, en lenguaje claro y enfoque técnico, cómo reconocer a cada una, qué daños provocan y, sobre todo, cómo integrarlas en un Manejo Integrado de Plagas (MIP) que priorice el monitoreo, la toma de decisiones por umbrales económicos, el uso racional de insecticidas y la protección de los enemigos naturales.

Calendario y contexto paraguayo

En Paraguay, gran parte de la soja se siembra entre septiembre y noviembre, con cosecha principal entre enero y marzo. Las condiciones cálidas y húmedas del verano favorecen ciclos biológicos cortos y superposiciones de generaciones. Años con eventos de El Niño (mayores lluvias) tienden a potenciar enfermedades y, en ciertos casos, hospederos alternativos; años más secos pueden enfatizar daños de trips y favorecer supervivencia de estados inmaduros en malezas. Por ello, el MIP parte de monitoreos semanales desde V2–V3 hasta R6, ajustando frecuencia a cada etapa y presión registrada.

Oruga bolillera (Chrysodeixis includens)

Cómo reconocerla:
Larva verde, delgada, con desplazamiento en “bucle” (propio de los “loopers”), líneas blanquecinas laterales y ausencia de uñas evidentes en los últimos segmentos. Los huevos son aislados, blanquecinos a amarillentos, dispuestos en el envés de las hojas.

Daños:
Defoliación progresiva. En vegetativo, la planta compensa cierta pérdida foliar; en reproductivo (R1–R5), la defoliación reduce fotosíntesis y, con ello, número y peso de granos. Las larvas prefieren follaje tierno y, en alta densidad, pueden “limpiar” parcelas en pocos días.

Monitoreo y umbrales:

  • Paño vertical (1 m de hilera) y inspección de 10–20 plantas por punto, en al menos 10 puntos por lote.

  • Como referencia práctica, incrementar vigilancia si hay daño foliar visible y se detectan >20–30 larvas pequeñas por paño en vegetativo, o >10–15 en reproductivo. (Los umbrales reales dependen de precio del grano, costo de control y estado fenológico; use cálculos económicos cuando sea posible).

Manejo:

  • Cultural: siembra bien escalonada, control de malezas hospederas y bordes limpios para reducir refugios.

  • Biológico: conservación de parasitoides (por ejemplo, Trichogramma spp.) y depredadores (crisópidos, coccinélidos). Evite aplicaciones de amplio espectro innecesarias.

  • Químico-racional: rotación de modos de acción (IRAC), priorizando productos selectivos en larvas chicas; cobertura completa (volumen y tamaño de gota adecuados) y aplicaciones en horarios frescos. Repita sólo si el monitoreo posaplicación justifica.

Chinche verde (Nezara viridula)

Cómo reconocerla:
Adultos verdosos, escudados (hemípteros pentatómidos), con olor característico al manipularlos. Las ninfas presentan coloraciones variables (negras/verdosas con manchas). Ootecas en masa (tipo “barrilitos”) en el envés de las hojas.

Daños:
Al chupar savia de vainas y granos en formación, generan “granos chuzados”, abortos de vainas, arrugas y manchas; también disminuye la germinación y calidad industrial. En altas densidades, además de pérdida de peso, se observan plantas con vainas vacías y maduración despareja.

Monitoreo y umbrales:

  • Red de golpeo y bandeja, recorriendo bordes y el interior del lote, especialmente desde R3 en adelante.

  • Referencias frecuentes de decisión se sitúan alrededor de 1–2 chinches/m de surco en estados reproductivos tempranos; a mayor llenado de grano, el cultivo se vuelve más sensible y los umbrales se reducen. Ajuste a precios y costos.

Manejo:

  • Manejo de bordes y refugios: malezas de hoja ancha y cultivos vecinos pueden sostener poblaciones.

  • Bandas y franjas: ante detecciones tempranas, tratar bordes puede retrasar el ingreso masivo.

  • Productos y rotación MOA: use ingredientes activos con eficacia probada sobre pentatómidos, respetando carencias y alternando grupos para prevenir resistencia. Coberturas dirigidas a estratos medios-superiores (donde se ubican) mejoran impacto.

  • Sinergia con biocontrol: parasitoides de huevos (como Trissolcus spp.) y depredadores se ven afectados por insecticidas no selectivos; protegerlos reduce resiembras poblacionales.

Trips (Frankliniella spp., Caliothrips spp.)

Cómo reconocerlos:
Insectos diminutos (1–2 mm), alargados, de vuelo corto; alas con flecos. En hojas jóvenes, dejan plateado/bronceado, punteaduras y deformaciones. En plántulas y estadios tempranos pueden frenar el crecimiento; en floración, pueden afectar cuajado si la presión es alta.

Daños:
Raspado y succión que producen clorosis, aspecto “metálico” y curvaturas. En estrés hídrico y altas temperaturas el impacto se potencia. Aunque pequeños, sus poblaciones pueden explotar en períodos secos y ventosos.

Monitoreo y umbrales:

  • Lupas de mano, golpeo en bandeja blanca, observación de brotes y ápices.

  • Como guía, aumentar la frecuencia de monitoreo cuando haya >20–30 trips por trifolio en V2–V6 con síntomas en expansión; en floración/cuajado, considerar acción si además se observa caída de flores.

Manejo:

  • Cultural: riego oportuno en siembras tempranas (donde aplique), reducir polvo en caminos internos, controlar malezas que actúan como reservorio.

  • Químico con criterio: rotar IRAC; aplicaciones dirigidas a órganos jóvenes y realizadas temprano en la mañana mejoran contacto. Evite repeticiones cortas con el mismo MOA.

  • Compatibilizar con benéficos: algunos productos para trips afectan ácaros fitoseidos y crisópidos; seleccione moléculas más selectivas cuando sea posible.

Estrategia MIP por etapas

  1. Pre-siembra y siembra (Sept–Nov): limpieza de rastrojos con malezas hospederas, bordes prolijos, selección de variedades adaptadas y fechas escalonadas. Capacite al equipo en muestreo y registro.

  2. Vegetativo (V2–V6): foco en trips y orugas tempranas. Monitoreo semanal (o cada 3–4 días si hay presión). Trampas de feromonas para detección de lepidópteros ayudan a anticipar picos.

  3. R1–R3: comienza la sensibilidad a chinches; mantenga barreras perimetrales monitoreadas. Umbrales más conservadores para oruga bolillera por impacto en floración.

  4. R4–R6: máxima vigilancia de chinche verde y defoliadoras. Si se requiere control químico, priorice cobertura homogénea y alternancia de MOA. Evite aplicaciones tardías que comprometan carencia.

  5. Postcosecha: manejo de rastrojos y malezas para cortar ciclos; evaluación de resultados (incidencia, costos, rendimiento) para ajustar el plan de la próxima zafra.

Resistencias y buenas prácticas

  • Rotar modos de acción usando las clasificaciones IRAC; no repetir el mismo grupo en aplicaciones consecutivas frente a la misma plaga.

  • Dosis plenas y calibración: subdosificar promueve supervivientes y resistencia. Revise boquillas, presión y tamaño de gota (busque cobertura, no “niebla”).

  • Selección de ventanas: intervenir en larvas pequeñas de oruga bolillera es más eficiente y requiere menos impactos.

  • Selectividad: cuando sea posible, use moléculas con menor efecto sobre parasitoides y depredadores. Un lote con entomofauna funcional es un seguro gratuito contra rebrotes.

  • Registros: documente fechas, productos, dosis, condiciones climáticas y resultados para aprender del lote y del año.

Checklist rápido para el productor

  • ¿Se monitoreó con paño vertical/red al menos 10 puntos representativos?

  • ¿El conteo supera el umbral económico para la etapa del cultivo?

  • ¿La mezcla y el volumen de aplicación garantizan cobertura en el estrato donde está la plaga?

  • ¿Se alterna el modo de acción respecto a la última intervención?

  • ¿Se preservan benéficos y se minimizan tratamientos innecesarios?


La combinación de monitoreo disciplinado, decisiones por umbrales, y una caja de herramientas que integra prácticas culturales, biológicas y químicas, es la forma más rentable y sustentable de mantener a raya la oruga bolillera, la chinche verde y los trips en la soja paraguaya. Cada lote tiene su historia: el secreto está en medir, registrar y ajustar.



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