Plagas ganaderas en Paraguay: impacto real en la producción y estrategias efectivas para controlarlas
Cómo garrapatas, mosca de los cuernos, tábanos y parásitos internos afectan a la ganadería paraguaya y qué hacer para reducir pérdidas con un manejo integral, práctico y medible.
La ganadería es uno de los motores productivos de Paraguay y, como en toda región tropical y subtropical, convive con un enemigo persistente: las plagas y los parásitos que disminuyen la productividad sin que siempre se los vea a simple vista. Garrapatas, mosca de los cuernos, tábanos y parásitos internos (nemátodos gastrointestinales y tremátodos hepáticos) generan pérdidas por menor ganancia de peso, caída en producción de leche, peor conversión alimenticia, lesiones en cueros, abortos, mayor susceptibilidad a otras enfermedades y, en casos graves, mortalidad. Este panorama exige dejar atrás acciones aisladas y adoptar un Manejo Integrado de Plagas (MIP) que combine higiene, manejo del pasto, genética, calendarios sanitarios, control biológico y uso racional de fármacos para cortar el ciclo de transmisión sin promover resistencias.
1) Garrapatas (Rhipicephalus microplus): más que una molestia, un problema sanitario
La garrapata bovina es el ectoparásito con mayor peso económico en sistemas de cría y recría. Su hematofagia reiterada provoca anemia, prurito, estrés y pérdida de peso. Pero el golpe más peligroso viene por su rol como vector: transmite agentes de la tristeza parasitaria bovina (Babesia y Anaplasma), que pueden detonar cuadros febriles, ictericia, hemoglobinuria y muerte, especialmente en animales jóvenes o inmunológicamente naïve.
Señales de alerta: animales inquietos, rascado en alambrados, peladuras en cuello, bragado y base de la cola; caída del rendimiento en balanza y tanque.
Factores favorecedores: alta humedad, pasturas altas y sombreadas, rotaciones de potreros sin descanso sanitario, ingreso de animales sin cuarentena, y uso repetido del mismo principio activo que seleccione resistencia.
Estrategia de control:
-
Monitoreo visual cada 14–21 días en épocas de mayor presión (fin de lluvias y transiciones estacionales).
-
Baños/ pour-on: rotación de familias químicas (organofosforados, piretroides, amidinas, lactonas macrocíclicas), respetando dosis, carencias y alternancias para demorar la resistencia.
-
Vacunas basadas en Bm86 (donde disponibles) como apoyo: reducen la carga y la postura, no reemplazan al resto del programa.
-
Manejo del pasto: potreros con descanso sanitario (al menos 30–45 días en clima cálido), limpieza de malezas en periferia y sombras densas.
-
Cuarentena: revisar y tratar ingresos; 21 días de observación separada cuando sea posible.
-
Genética: razas o cruzas con mayor resistencia cutánea y respuesta inmune más robusta.
2) Mosca de los cuernos (Haematobia irritans): pequeña, persistente y costosa
Este díptero vive sobre el animal y se alimenta varias veces al día. Aun con tamaños mínimos, su efecto agregado se traduce en estrés, disminución de rumia y movimiento constante para espantarla, con caídas medibles en ganancia diaria de peso y producción lechera.
Claves del ciclo: se reproduce en bostas frescas. Temperaturas cálidas y humedad elevan la población.
Estrategia de control:
-
Ivermectinas e insecticidas tópicos (ear-tags, pour-on) con rotación de principios y retiro de caravanas al final de la estación para evitar residuos y resistencia.
-
Manejo de bostas y distribución del ganado para reducir sitios de cría; evitar hacinamiento en corrales.
-
Control biológico: fomentar escarabajos coprófagos y avispitas parasitoides (donde haya programas disponibles).
-
Umbrales de acción: intervenir cuando se observan >200 moscas por animal de promedio; más bajo en vacas en lactancia.
3) Tábanos (Tabanidae): pican fuerte y transmiten patógenos
Los tábanos son vectores mecánicos de agentes como Anaplasma y Trypanosoma, y su picadura dolorosa produce estrés, sangrado y heridas que atraen otras moscas.
Hábitat: áreas cercanas a cursos de agua, bañados y vegetación densa.
Control práctico:
-
Manejo del ambiente: mantener accesos al agua con orillas limpias, reducir zonas de encharcamiento y malezas altas.
-
Barreras físicas: mallas en corrales, refugios de sombra con diseño que limite el ingreso de insectos, trampas de color y luminosidad adecuadas.
-
Repelentes tópicos en momentos de mayor presión; coordinación de tareas (arreo, vacunación) en horas de menor actividad del insecto.
4) Parásitos internos: enemigos silenciosos del rendimiento
Los nemátodos gastrointestinales (Haemonchus, Ostertagia, Cooperia, Trichostrongylus) y la fasciola hepática en zonas propicias, afectan la absorción de nutrientes, causan anemia y daño hepático, y comprometen el sistema inmune. Los signos incluyen diarrea intermitente, “papada” por hipoproteinemia, pelo áspero, apatía y caída en conversión.
Factores de riesgo: pastoreo continuo sin descansos, alta carga animal, potreros bajos y húmedos, y destetes sin protocolos de desparasitación estratégica.
Estrategia de control:
-
Plan sanitario calendarizado: tratamientos estratégicos en transición de estaciones y en categorías sensibles (terneros post-destete, vaquillas en crecimiento).
-
Rotación de antihelmínticos (lactonas macrocíclicas, benzimidazoles, levamisol) basada en coproparasitología (hpg/EPG) para decidir cuándo y a quién tratar.
-
Manejo del pastoreo: rotaciones con descansos que quiebren el ciclo larvario; evitar sobrepastoreo.
-
Nutrición: minerales y proteína adecuados fortalecen la respuesta inmunitaria y acortan el impacto de cargas moderadas.
-
Fasciola: control de caracoles (hospedador intermediario) en zonas anegadas, drenaje cuando sea viable, y uso dirigido de fasciolicidas en ventanas de mayor riesgo.
5) Resistencias: el problema que no se ve… hasta que es tarde
El uso repetitivo del mismo principio activo en garrapatas, moscas o helmintos selecciona poblaciones resistentes. Los síntomas en campo: tratamientos “que antes funcionaban” y hoy muestran eficacia acortada o nula.
Buenas prácticas para retrasar resistencias:
-
Rotar familias químicas por estación o por ciclo.
-
Respetar dosis y tiempos de carencia; calibrar equipos (baños, mochilas, dosificadores).
-
No tratar “a calendario ciego”: monitorear y decidir.
-
Tratar selectivamente: enfocar categorías y lotes problema en lugar de medicar todo el rodeo sin diagnóstico.
6) Bioseguridad y manejo: el 50% del éxito
La sanidad no es solo drogas; es manejo disciplinado:
-
Cuarentenas y test a ingresos; revisión física y plan de tratamientos de entrada.
-
Limpieza de corrales y mangas, eliminación de objetos donde se rascan y se lastiman, desmalezado de perímetros.
-
Agua de calidad y bebedores sin barro ni desborde.
-
Registros: bitácora sanitaria con productos, fechas, lotes, resultados de EPG y observaciones de campo.
-
Capacitación del personal: reconocer signos tempranos (animales inquietos, caída de condición corporal, diarreas) y actuar según protocolo.
7) Calendario sugerido de control integrado (orientativo)
-
Verano–otoño (alta presión de ectoparásitos): inspección quincenal de garrapatas; pour-on o baños con rotación de principios; caravanas insecticidas para mosca y retiro al fin de estación; manejo de bostas.
-
Otoño–invierno (ventana para helmintos): coproparasitología y desparasitaciones estratégicas en destetes y recrías; ajustes nutricionales.
-
Primavera (transición): chequeo de resistencias (pruebas de eficacia post-tratamiento simples en campo), preparación de potreros con descanso sanitario y control de malezas; revisión de orillas de tajamares y drenajes.
8) Impacto económico y métricas que importan
Medir es clave para decidir. Indicadores prácticos:
-
Ganancia diaria de peso (GDP) por lotes con y sin intervención.
-
Recuentos EPG antes y 14 días después de desparasitar.
-
% de animales con >20 garrapatas adultas en inspección estándar.
-
Litros de leche/vaca/día en lecherías durante picos de mosca.
-
Tasa de descarte por problemas sanitarios asociados (anemia, caquexia, lesiones en cuero).
9) Sostenibilidad y bienestar animal: aliados de la rentabilidad
Las acciones que disminuyen la carga parasitaria también mejoran bienestar: menos estrés por picaduras, menor dolor, menos anemia y heridas. Además, reducir aplicaciones innecesarias baja costos, residuos y riesgos ambientales, y mejora la aceptación de los productos en mercados exigentes.
El control de garrapatas, mosca de los cuernos, tábanos y parásitos internos en Paraguay requiere planificación, disciplina y decisiones informadas. Ninguna herramienta por sí sola resuelve el problema: la sinergia entre monitoreo, manejo del ambiente, genética, bioseguridad y uso responsable de medicamentos es la que protege el capital biológico del rodeo y asegura carne y leche con mejores márgenes. Quien mida y actúe a tiempo gana dos veces: hoy, en productividad; mañana, en menor resistencia y costos controlados.